miércoles, 14 de julio de 2010

ARQUITECTURA LATINOAMERICANA: PREGUNTAS A ALEJANDRO ARAVENA

Entrevista realizada al arquitecto chileno Alejandro Aravena por la periodista e historiadora Anatxu Zabalbeascoa. ENCONTRADO AQUÍ 


Visto que la entrada sobre Alejandro Aravena se ha convertido en la más vista de este blog, les amplío información. Adjunto nuevas preguntas y respuestas e ilustro esta entrada con dos obras más firmadas, y comentadas, por Aravena: sus Torres Siamesas, con el centro informático de la Universidad Católica de Chile, en Santiago, y la Residencia para la Universidad de St. Edwards en Austin (Texas). Son dos proyectos que, aparentemente, poco tienen que ver con las viviendas sociales que le han dado fama. Pero que, sin embargo, son igualmente elementales: exprimen su misma ambición de intentar dar siempre la respuesta más irreductible que se puede ofrecer.

ALEJANDRO ARAVENA: “Trato de dar la respuesta más irreductible”

“Lo que uno debería eliminar radicalmente de las respuestas que buscan en la identidad de las culturas o de los lugares es la nostalgia. Es muy probable que con los medios disponibles y con la sensibilidad de la gente de hoy las respuestas de ahora no tengan nada que ver con las formas que se atribuyen a un lugar. La intuición es también muy poderosa. Frente a una pregunta difícil, echas mano a todas las herramientas que tienes -la razón, la sinrazón- y lo sintetizas”.

Pregunta. Habla de deshacerse de la nostalgia, pero eligió estudiar en Venecia en lugar de en Estados Unidos, ¿por qué?
Respuesta. Hice como que estudiaba en Venecia. En realidad, estudié arquitectura en Chile mirando fotografías de edificios. Y cuando fui a la Bienal de Venecia en el año 91 fue la primera vez que vi ahí, ante mí, edificios con el peso que tienen. No hablo de escala, hablo de peso. Me pareció que debía recuperar rápido el tiempo de haber aprendido y construido arquitectura a través de fotografías. Me impactó de tal manera que necesité cambiar. Pero no creo que sea nostalgia.

P. Critica los clubs arquitectónicos y sociales, el networking, pero ¿con el pelo que lleva y las posiciones que adopta, no se está construyendo una imagen?
R. Las preguntas que nos tocan en esta época son tan urgentes y tan difíciles que no queda demasiado tiempo para pensar una agenda comunicacional.

P. ¿Por qué habla de sus hijos en las entrevistas?
R. Hablar de la familia o de la vida es de las cosas más sencillas de las que se puede hablar. No es muy cool, pero es lo que hay. Ocupar radicalmente esa honestidad filtra a quien no quiere llegar.

P. ¿Y cómo afecta eso a sus clientes?
R. Quien no quiere llegar no llega. Pero yo no gasto energía en convencer a nadie de algo que no soy.

P. ¿Qué necesita la arquitectura para ser relevante?
R. Creo que poner a disposición de una pregunta inespecífica, de una pregunta que le interese a la gente -a la gente en general, al margen de su estrato de procedencia- conocimientos específicos de la profesión. Usar estratégicamente la forma para sintetizar problemas complejos. La síntesis de un problema complejo no es reducirlo.

P. ¿Cómo ser elemental en el futuro, cuando tenga la posibilidad de no serlo?
R. Es al revés. Yo llegué a Elemental, no partí de estas ideas. Hice edificios públicos para la Universidad de Texas, he trabajado con clientes ricos en Alemania. Nunca ha sido una práctica a la que algún día voy a llegar. Todo el tiempo, y en paralelo, hago proyectos con presupuesto digamos ilimitado, alimentados por el entrenamiento Elemental en el sentido que le quitas todo lo arbitrario.

P. Ha hablado de la no pertenencia al club Chile. ¿Qué dice ahora?
R. Sigo siendo un outsider.

P. Un outsider en el jurado del Pritzker. ¿Cómo llegó?
R. Sólo sé que mi primera relación comienza el 2006, cuando el jurado visitó algunas obras mías en Chile. Pero quien puede contestar la pregunta es alguien del jurado que haya estado en las discusiones que siempre se tienen a propósito de quien sería valioso tener como miembro; yo simplemente recibí un llamado telefónico.

P. ¿Es importante cierta subversión para mantener su manera de ser, su mirada, ¿cómo no perder eso cuando su situación ha cambiado?
R. Lo que mueve a Elemental, más que la cosa social, es la innovación. Entendida como preguntas nuevas para las cuales no hay respuesta suficiente. Y de esas preguntas hay todo el rato.

Dormitorios y comedor en la Universidad de St. Edwards (Austin, Texas)

“Hoy en día muchos arquitectos construyen por el mundo como si fuera una cosa natural, para mí no lo es. He tenido que diseñar en inglés no en español. He tenido que aprender a pensar en pulgadas y pies en lugar de metros. He tenido que pasar de la cultura de la escasez a la cultura de la abundancia (donde quiero "ajustado", mis clientes pueden ver "mezquindad"; donde quiero "comprimido", los usuarios pueden ver "invasivo"). Pero sobre todo, tenía que ir desde el tercer mundo al primero y liderar un proyecto allí. Esto no es evidente para mí en absoluto y todavía no me acostumbro".

Torre Siamesas en la Universidad Católica de Santiago

“Se nos encargó hacer una torre de vidrio que albergara todo lo que tenía que ver con los computadores de la universidad. Esto tenía tres problemas: los computadores, el vidrio y la torre. En primer lugar, la pregunta que nos hacía la universidad era: ahora que tenemos computadores ¿va a cambiar sustancialmente la manera de enseñar y por tanto las tipologías arquitectónicas que usamos para espacios educativos? ¿Tiene sentido todavía hablar de aulas ahora que estamos ubicuamente conectados?

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