SABINA-CALDERÓN: QUIÉN ME HA ROBADO EL MES DE ABRIL

Hace unos días leí sobre unas declaraciones del cantautor de Úbeda, Joaquín Sabina, respecto a la 'guerra' contra el narco en México en las que, calificaba de ingenuo al gobierno de Felipe Calderón al enfrentarse 'sin medios' a unos narcotraficantes más organizados y mejor armados que el ejército. Se suscitaron los dimes y diretes por parte del gobierno mexicano para justificar sus métodos (ineficaces por otra parte) de cómo mejorar la inseguridad creciente en el México de hoy. Incluso se llegó a especular (por algunos medios impresos) de aplicarle a Joaquín el artículo 33, expulsión del país por injerencias en asuntos internos de México.

Sabina llenó el Auditorio Nacional incluso dicen, que el propio Calderón acudió alguna noche al bosque de Chapultepec a escuchar al español, la tensión se relajó y Sabina aceptó una invitación a cenar en la casa presidencial mexicana en Los Pinos. Joaquín Sabina asistió, cenó (se echó unos tequilitas supongo) y al salir dijo que 'ahora entendía' las estrategias del gobierno mexicano, Fernando Rivera Calderón y 'la voz misteriosa' del programa la noche W (Wradio, México), dijeron que esta paso atrás del español fue una especie de 'mentira piadosa' del cantautor (parafraseando al propio Sabina) para quedar bien con Felipe Calderón, y así quedó todo, un apretón de manos, una cena... y a otra cosa mariposa.

Leo en el diario que ayer en Monterrey, un grupo fuertemente armado montó un dispositivo en las calles regiomontanas bloqueando avenidas con camiones de basura y grúas, una vez cortadas las calles tomaron (literalmente el centro de la ciudad) y de diferentes hoteles secuestraron (con todo lujo de violencia) a 7 ciudadanos (incluida una mujer de origen estadounidense) mientras, la policía y e ejército, se las veían negras para desbloquear las avenidas y llegar 'al lugar del crimen'. Con sus secuestrados atados (supongo) subieron a sus modernas camionetas y desaparecieron, cuando llegó la autoridad, ya todo había pasado.

Hace años cuando los zapatistas organizaron la marcha por la dignidad hacia la Ciudad de México, se dice que el subcomandante Marcos invitó a muchos 'personajes' de la farándula progresista mundial para fortalecer su movimiento (aunque para mi, las palabras de la comandante Ramona fueron lo suficientemente poderosas cuando sonaron en la cámara de diputados) y su discurso en el Zócalo capitalino. Dicen que cuando fueron a buscar a Joaquín Sabina a su hotel para llevarlo al Zócalo este djo: hombre 'haced la revolución a otra hora del día que ahora tengo resaca'.

Para Sabina es fácil volar a la Ciudad de México y criticar al gobierno por la mediocridad de sus acciones en la mentada guerra contra el narco, y luego desdecirse cenando con el Presidente de la República. Sin embargo cuando el tome su avión que lo devuelva a Madrid, los ciudadanos mexicanos quedaran expuestos a los tiroteos en las calles de las ciudades de México, los jóvenes serán futuros posibles sicarios debido a las condiciones de pobreza en las que viven, los niños permanecerán enclaustrados en sus casas por temor a los tiroteos mientras juegan en los columpios y resbaladillas.

Me gusta la música de Sabina, pero creo que en ciertas instancias las palabras deben ir necesariamente ligadas a los hechos y se debe ser consecuente con lo que se dice, demostrándolo con lo que se hace.

Sé que a muchos no les gustarán mis disertaciones de hoy, pero con una cena en los Pinos no se termina esta ignominia, este miedo, y esta realidad kafkiana en la que vive hoy, la sociedad mexicana a pesar de tararear con el mp3 en las orejas aquello de: 'Quién me ha robado el mes de abril/Cómo pudo sucederme a mí'.

Pero como siempre, esta solo es la opinión de quién escribe

Dr. en Arq. Humberto González Ortiz

Barcelona a 22 de abril de 2009