martes, 25 de septiembre de 2007

ARQUITECTURA EN AMÉRICA LATINA: CLAUDIO CAVERÍ, ARGENTINA


Claudio Caveri (Buenos Aires 1928)


Claudio Caveri, arquitecto argentino considerado ‹unos de los teóricos más brillantes de la Argentina› , se separo pronto del pensamiento heterodoxo del racionalismo lecorbuseriano de la primera época, para adentrarse en la búsqueda de una arquitectura con raíces locales, que quizás se asemejaban mas a ese Le Corbusier más orgánico, donde la pureza geométrica quedó de lado, ante el embelesamiento por el paisaje mediterráneo.

Claudio Caveri, fue de los impulsores del movimiento que dio en llamarse “Las Casas Blancas”. El cual, lo conformaban un grupo de arquitectos (entre quienes destacan Horacio Barreta, Víctor Pelli, Rafael Iglesia o Eduardo Ellis), que buscaban su propia identidad. Dejaron la admiración pasiva de la arquitectura internacional, y optaron por introducir en sus procesos proyectuales, las tradiciones espaciales y constructivas de su realidad, de su cultura argentina e iberoamericana.

Claudio Caveri realizó un viaje por Europa cerca del año 1955 ‹en busca de ese algo inombrable, esa especie de cosa misteriosa que buscaba›, y que al no hallarla, decidió volver a Argentina a encontrarla. Y es aquí, donde entendemos esta mirada crítica hacia la arquitectura de vanguardia que llegaba de Europa y de Estados Unidos.

Dice el propio arquitecto Caveri: “… Antes de irme a Europa había hecho una casa a lo Mies. Ni siquiera podíamos besarnos con mi mujer, nos veían desde todos lados. Teníamos que hacerlo en el corredor o por la noche, a oscuras. Allí me di cuenta de que esta importación de la caja de vidrio no nos servía y, poco a poco, empecé a cerrarla. Pero aún después de abandonar este tipo de arquitectura seguía trabajando de un modo similar: uno tiene una idea y pretende plasmarla tal cual la ha concebido; nada - ni nadie- puede modificarla, ensuciarla, emplastarla. Uno se convierte, al fin, en una especie de dictador. Esto se dio todavía en Fátima…”
Claudio Caveri funda en 1958, la Comunidad Tierra, basada en la idea de la vida comunal y el trabajo en equipo. La gente hacía principalmente, trabajos manuales con la idea de producir mas o menos lo que cada familia consumía. Fueron un grupo de jóvenes matrimonios entusiastas, que se adentraron en la aventura (actualmente Caveri sigue residiendo en la Comunidad), no tenían ninguna pauta constructivo-arquitectónica a seguir, todas las construcciones eran autoconstruidas por sus habitantes, y Caveri comenzó por su cuenta, a experimentar con cubiertas de ferrocemento, para buscar nuevas maneras de enfrentarse al espacio habitable, para hacerlo de fácil construcción, para crear lugar.


Señala el arquitecto chileno Enrique Browne: “… No tenían electricidad y vivían en piezas autoconstruidas. Los esfuerzos se concentraron en una escuela pública –donde enseñaban- y en un taller de carpintería. Estas y otras obras paulatinamente, fueron diseñadas por Caveri con un lenguaje muy personal. Las viviendas, la escuela y la capilla se hallan semienterradas para acentuar la sensación de arraigo al suelo y se organizan en torno a puntos centrales que enfatizan la idea de comunidad. Su estructura consiste en mallas de alambre revestidas de concreto (hormigón) y colgantes entre arcos, con una espacialidad que recuerda a Gaudí…”
Claudio Caveri, forma parte de los arquitectos que con su trabajo, ayudan a la formación de una cultura arquitectónica propia. Es de los que no creen que no todo es útil “de por sí”, él “no adapta” todo a su arquitectura, él no es de los que creen que “integrarse definitivamente” a lo ya existente, sea parte de un destino único. Claudio Caveri, desde las dudas razonables, analiza, divaga, y luego: construye. Para su propia historia y contexto: ‹Tenemos necesidad de ver, de ir clasificando nuestro camino, de confrontarlo con el pasado y con lo que nos rodea para poder romper el círculo vicioso del dualismo social, político, económico, religioso y cultural en el que estamos encerrados como países dominados›

Claudio Caveri ‹consigue que los presos diseñen una cárcel y se encierren dentro al terminar la construcción›. El trabajo de Claudio Caveri es un hecho tangible, de cómo es posible ofrecer soluciones concretas que resuelven esta continua paradoja en que viven los países de América latina. Donde nos aferramos a lo nuestro y resolvemos la contradicción, exprimiendo al máximo la creatividad, para crear algo donde no hay nada, y donde todo existe. En Latinoamérica continuamente se construyen, de entre los recovecos de esta globalizacion que arrasa, resguardos casi ínfimos, desde los cuales se van resolviendo las desigualdades insalvables que, sin embargo, se salvan y se resuelven.

Investigación: Dr. en Arq. Humberto González Ortiz
Barcelona, 25 de septiembre de 2007

No hay comentarios.: