“… perdón por el exabrupto, pero me quedé relajadísimo…”
Y su pequeño suspiro repleto de su verde mar
océano
Me ha servido de revulsivo
Para poder mirar al mundo nuevamente desde un
caleidoscopio que permite
Sonreír. Amar, llorar, gritar, creer, proponer
Y caminar
… / aunque sea rodeado de
pinches ojetes neoliberales /
Humberto
González Ortiz©
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