martes, 6 de julio de 2010

GANAS DE VIVIR

“...Hay gente que muere, de ganas de vivir...”
-de una canción de Carlos Varela-

“... ¿Quién parará esta locura, parará?...”
-de una canción de Rafael Mendoza-

Estoy de nuevo solo
Delante de mi mar inmenso, grandilocuente, y azul
Es invierno
El frío cala hondo
El viento de tan fuerte, provoca mareas internas en mi cerebro
Que explota
Que razona
Que piensa
Mis reflexiones son de este tiempo, no de otro
Mis poemas son a veces hostiles, incisivos
Los versos sin sentido no tienen cabida en mi pluma
Si uno puede decir, hay que decirlo en honor a los callados
Si uno puede hablar, hay que hablar con coherencia, con pausa, y con acento en lo que importa
Si uno puede cantar, debe armonizar acordes que den luz a las ciudades oscuras
El viento sigue soplando recio
Mi abrigo no se amilana ante la furia de la playa
Mis hojas revolotean aferrándose enteras, a mi cuaderno de apostillas
La gente que camina por la espuma clara del mar mediterráneo, me mira sin inmutarse
Mis ojos no pueden parpadear ante la hostilidad del pensamiento
Mi sombra me abraza, y me ofrece lo poco de su calor friolento
Por la mente me pasan tantas cosas
El universo sigue aritmético, sosteniendo el equilibrio inexplicable de las estrellas, el sol, y los planetas
Las nubes corren atrozmente, como si llegar al otro lado del mundo, fuera en este momento, un reto inaplazable
El ocaso del día va llenando de noche, la belleza de mi tarde
Mi pluma sigue atrapada entre mis dedos, abrazándose a mi mano levemente, acariciando
Mi periódico revolotea su primera página, que sobresale de mi mochila, donde los titulares absurdos, siguen siendo los todavías del mañana
Las ausencias se me aparecen, justo cuando la oscuridad deja paso al reflejo plata de la luna sobre el mar
Y las sonrisas, y las querencias, y los posibles, me acompañan en esta acampada reflexiva ante mi playa
Enfrentar al mal me deja envilecido, viejo, canoso
Aportar mis versos del no olvido, es mi arma
Mis hojas, y mis libros, y mis adjetivos, y mis acentos, y mis mayúsculas, y mis comillas
Siguen esparciéndose entre mis versos que no hablan de dios, pero que si mencionan a los hombres
Siguen constantes entre mis sonrisas, que reparto no entre los poderosos, pero si entre los posibles
Siguen coincidiéndose entre mis manos, que ofrezco enteras a los sin voz, y sin palabra, pero no a las trasnacionales de las guerras de mentiras
Estoy cansado
Y aún así, mis quijotescos versos, se aferran a manifestar
Mis amores
Mis peripecias de alcoba
Mis impresiones del día a día
Mi ateismo prematuro
Mis sombreros de mago sin chistera
Mis ritmo nulo, frente a los bailes tropicales
Mis anhelos de que quizás mis insomnios sirvan para algo
Mis verdades que las enfrento a sus mentiras
Mis incoherencias personales
Mi falta de talento con el canto
Mis 4 acordes de guitarra
Mis preguntas sin guerrilla
Mis dudas ante aquel ajeno paraíso
Mi dios real y verdadero
Mi pequeñez
Mi frío
Mi noche
Mi locura por pretender, desde esta playa solitaria, ayudar con mis versos a parar esta locura planetaria
Donde los hijos de puta, el dinero, la guerra, y las mentiras
Valen más
Que mi yo poeta
Que escribe
Que sonríe
Que ofrece
Que cree
Que ama
Que enfrenta
Que adora el mar
Que denuncia
Que grita
Que canta
Y que a veces muere... de ganas de vivir

POEMA PROPIEDAD DE Humberto González Ortiz (2006)

2 comentarios:

malena dijo...

Leí tus verso y entré al mundo que percibes, ese que te duele, por el que luchas, por el que tu palabra se ha vuelto arma.

ABRAZOS SOLIDARIOS

Unknown dijo...

Gracias amiga querida, gracias!