Me desperté y me dí cuenta que 16 mil mexicanos han sido asesinados desde que Felipe Calderón entró a la presidencia de México, hoy el ejército patrulla calles, pueblos , plazoletas, callejones. Los asesinados siguen cayendo, políticos, niños, pordioceros, narcos, ciudadanos de a pie.
Me desperté y me dí cuenta que el horror había amanecido conmigo.
Me desperté y me dí cuenta que el dinero y el poder siguen mostrando su anti-humano rostro.
Me desperté y me dí cuenta que solo soñé, que soñaba
Me desperté y me dí cuenta que nuestra lucha por la felicidad es una necedad necesaria, imprescindible.
Me desperté y me dí cuenta que mi nueva resurrección diaria, venía cargada de luz, de sangre, de siniestros.
Me desperté y me dí cuenta que las palabras se alejan por millones junto a los niños que mueren de hambre, diarrea, sida, trabajos forzados.
Me desperté y me dí cuenta que las farmaceúticas siguen lucrado con el miedo general izado del planeta.
Me desperté y me dí cuenta que los medios de comunicación no comunican, no critican, no proponen, no investigan.
Me desperté y me dí cuenta que esta grandiosidad de que la Tierra haya vuelto a girar de nuevo sobre sí misma, se queda en nada ante la soberbia, la desfachatez, el cinismo, y lo in-humano de los avariciosos que mandan y gobiernan.
Me desperté y me dí cuenta que he escrito esta entrada sin pensarlo mucho porque, quizás, si lo pienso mucho... simplemente cierro el blog, callo mi boca, y arremeto contra esta estupidez humana que, mañana tras mañana, logran teñir el lindo amanecer naranja que se cuela necio, por entre mi cortina medio abierta. Hoy no revisaré mi ortografía, así que perdonen amigos lectores a este peatón-poeta que hoy se levantó y amaneció con el horror, pegado en el cogote.
Dr. en Arq. Humberto González Ortiz
Barcelona a 7 de septiembre de 2009
Me desperté y me dí cuenta que el horror había amanecido conmigo.
Me desperté y me dí cuenta que el dinero y el poder siguen mostrando su anti-humano rostro.
Me desperté y me dí cuenta que solo soñé, que soñaba
Me desperté y me dí cuenta que nuestra lucha por la felicidad es una necedad necesaria, imprescindible.
Me desperté y me dí cuenta que mi nueva resurrección diaria, venía cargada de luz, de sangre, de siniestros.
Me desperté y me dí cuenta que las palabras se alejan por millones junto a los niños que mueren de hambre, diarrea, sida, trabajos forzados.
Me desperté y me dí cuenta que las farmaceúticas siguen lucrado con el miedo general izado del planeta.
Me desperté y me dí cuenta que los medios de comunicación no comunican, no critican, no proponen, no investigan.
Me desperté y me dí cuenta que esta grandiosidad de que la Tierra haya vuelto a girar de nuevo sobre sí misma, se queda en nada ante la soberbia, la desfachatez, el cinismo, y lo in-humano de los avariciosos que mandan y gobiernan.
Me desperté y me dí cuenta que he escrito esta entrada sin pensarlo mucho porque, quizás, si lo pienso mucho... simplemente cierro el blog, callo mi boca, y arremeto contra esta estupidez humana que, mañana tras mañana, logran teñir el lindo amanecer naranja que se cuela necio, por entre mi cortina medio abierta. Hoy no revisaré mi ortografía, así que perdonen amigos lectores a este peatón-poeta que hoy se levantó y amaneció con el horror, pegado en el cogote.
Dr. en Arq. Humberto González Ortiz
Barcelona a 7 de septiembre de 2009
2 comentarios:
Desgraciadamente Amigo Humberto, Muchos días se despierta una/o esperando que el Mundo haya Mejorado siquiera un poquito...y a poco que comience el día te das cuenta que no ha cambiado nada, ó si haya cambiado pero para peor (más hambre, más pobreza, más violencia, más vulneración de Derechos,...), y te dan ganas de dormirte de nuevo y no despertar hasta que de verdad haya Despertado la Conciencia Colectiva de la Humanidad. Aún así, hay que sacar fuerzas de flaqueza y seguir levantandose cada día para luchar en lo poquito que una/o pueda para cambiar el Mundo aunque sea un poquitito...
Un Fuerte Abrazo
Aqui seguimos amiga!
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