Me quedé atónitamente sorprendida, perpleja ante esta sabía síntesis. ¡En seis palabras metida una biografía!
Me quedé pensando... ¿y la sabiduría de Salomón adónde fue ante este ejemplo?.
Yo que siempre quise escribir una biografía, y sé también que nunca escribiré, por que sé que no sabré enlazar las palabras exactas para poder contar algo, y hoy, de sorpresa encuentro un modelo... ¡Caramba!!!
Me gusta tu blog. Te felicito. Escuché algunas canciones muy bonitas y leí algunas cosas. Prometo que regresaré...
Cuando empecé a escribir este blog hace casi 2 años, fue una necesidad de lanzar al aire las palabras, las canciones, los sentimientos, en definitiva, era una imperiosa necesidad de compartir con 'otros' mis puntos de vista acerca de esta vida nuestra compartida, lejana, planetaria...
Y ahora que leo tu comentario me doy cuenta que, parte de esta globalización que cercados nos tiene, es de una delicadeza, una ternura y una contundencia... que me deja realmente feliz... Antes debíamos esperar, religiosamente que, nuestra botella surcara los mares, diera la vuelta al mundo, y que alguién allá, del otro lado, se compadeciera de nosotros y nos devolviera el mensaje...
Asi que gracias amiga, gracias por compartir, por estar y sobretodo, por regresar...
Siempre hay una razón (causal o casual... o providencial) para decir a alguien “hola” o “adiós”.
Por suerte, nuestra humanidad está dotada de competencias para pronunciar y / o escribir palabras, que es la forma más básica de nuestra trascendencia. Claro, a estas se suman infinitas posibilidades, es decir, un abanico de facultades o caminos abiertos para ser seres en comunicación con los demás, las cosas y el mundo, o la globalización, que bien lo decis; nos tiene bien cercados...
En esta aldea planetaria, que parece, en la que nos acomodamos tan fácilmente “sentados uno frente al otro”, sigue el vacío, el silencio, la ausencia y la distancia, aunque hayamos compartido las palabras, las canciones y hasta los sentimientos.
Parece ser, y con alguna justa razón de nuestra inmanencia, necesitamos “lanzarnos” con nuestras palabras: “existo”, “estoy aquí”, o “existimos”, que no significa no ser feliz, sino, estoy en camino... Y, cuando hay un eco, un retorno, ese “lanzarse” cumple su objetivo. Halló su orilla. La botella surcó el mar y llegó al otro lado. Siempre habrá alguien (compadecido o no) que la encuentre y en algún momento devolverá el mensaje.
Fue hermoso encontrarme en tu respuesta. Hoy encontré nuevos y bellos poemas.
3 comentarios:
Hola Humberto
Me quedé atónitamente sorprendida, perpleja ante esta sabía síntesis. ¡En seis palabras metida una biografía!
Me quedé pensando... ¿y la sabiduría de Salomón adónde fue ante este ejemplo?.
Yo que siempre quise escribir una biografía, y sé también que nunca escribiré, por que sé que no sabré enlazar las palabras exactas para poder contar algo, y hoy, de sorpresa encuentro un modelo... ¡Caramba!!!
Me gusta tu blog. Te felicito. Escuché algunas canciones muy bonitas y leí algunas cosas.
Prometo que regresaré...
Un abrazo
Desde Asunción, Paraguay
Stella
Hola Stella...
Cuando empecé a escribir este blog hace casi 2 años, fue una necesidad de lanzar al aire las palabras, las canciones, los sentimientos, en definitiva, era una imperiosa necesidad de compartir con 'otros' mis puntos de vista acerca de esta vida nuestra compartida, lejana, planetaria...
Y ahora que leo tu comentario me doy cuenta que, parte de esta globalización que cercados nos tiene, es de una delicadeza, una ternura y una contundencia... que me deja realmente feliz... Antes debíamos esperar, religiosamente que, nuestra botella surcara los mares, diera la vuelta al mundo, y que alguién allá, del otro lado, se compadeciera de nosotros y nos devolviera el mensaje...
Asi que gracias amiga, gracias por compartir, por estar y sobretodo, por regresar...
Un abrazo fraterno!
Hola Humberto
Siempre hay una razón (causal o casual... o providencial) para decir a alguien “hola” o “adiós”.
Por suerte, nuestra humanidad está dotada de competencias para pronunciar y / o escribir palabras, que es la forma más básica de nuestra trascendencia. Claro, a estas se suman infinitas posibilidades, es decir, un abanico de facultades o caminos abiertos para ser seres en comunicación con los demás, las cosas y el mundo, o la globalización, que bien lo decis; nos tiene bien cercados...
En esta aldea planetaria, que parece, en la que nos acomodamos tan fácilmente “sentados uno frente al otro”, sigue el vacío, el silencio, la ausencia y la distancia, aunque hayamos compartido las palabras, las canciones y hasta los sentimientos.
Parece ser, y con alguna justa razón de nuestra inmanencia, necesitamos “lanzarnos” con nuestras palabras: “existo”, “estoy aquí”, o “existimos”, que no significa no ser feliz, sino, estoy en camino... Y, cuando hay un eco, un retorno, ese “lanzarse” cumple su objetivo. Halló su orilla. La botella surcó el mar y llegó al otro lado. Siempre habrá alguien (compadecido o no) que la encuentre y en algún momento devolverá el mensaje.
Fue hermoso encontrarme en tu respuesta.
Hoy encontré nuevos y bellos poemas.
Cordiales saludos
Stella
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