
Fuente: http://www.reforma.com/nacional/articulo/399/797993/
Ciudad de México (12 de agosto de 2007).- En las instalaciones de Canana Films, Gael García se quita sus lentes cuadrados y pide que no se le tomen fotografías sino hasta el final de la entrevista, para que no se distraiga.
Sentado a su lado izquierdo, su compañero y amigo, Diego Luna, pide que le traigan un Pedialite -al final sólo le traen agua- pues dice que no le sentaron muy bien las enchiladas mineras que comió un día antes en Guanajuato.
En esta ocasión, los actores mexicanos no comparten la mesa para hablar de alguna producción cinematográfica o teatral. Su interés es hablar de derechos humanos y del documental como mecanismo de denuncia, causa por la que encabezaron una cena de gala a para recaudar fondos a favor de dos organismos de la sociedad civil.
¿Cuál es su opinión de los derechos humanos en México?
Diego Luna (DL): México está lejísimos del lugar en donde me gustaría vivir, desde chiquito recuerdo casos sin resolver.
Es tristísimo ver lo que está pasando. Me parece ridículo que no pase nada, aprendamos a vivir con esa tristeza, que sigamos adelante y que no sucedan cambios, que no caigan cabezas.
Ya no me impresiona el cinismo de las autoridades, (sino) cómo nosotros, como pueblo, podamos vivir sabiendo esto (de las violaciones a los derechos humanos).
Está cabrón como cada seis años hacemos borrón y cuenta nueva, nos sacudimos la cabeza y les damos el chance de empezar de cero.
Gael García (GL): Esta amnesia constante o enajenación en la que hay que vivir para poder soportar la injusticia y la falta de los derechos humanos, trasciende todos los niveles, desde el apañe callejero hasta las más altas esferas, donde existe una corrupción y una impunidad total.
Hay un proceso casi espiritual para poder entender en dónde existe la frontera, dónde afectamos los derechos humanos de otra persona y estamos comprometiendo los nuestros.
Tengo la esperanza de que en algún momento se establezca bien que desde nuestra concepción se nos garanticen el respeto a nuestros derechos humanos.
Hace dos semanas, Ulises Ruiz descalificó el informe de Amnistía Internacional. ¿Cómo pudiera el documental ayudar a disminuir el cinismo de las autoridades?
DL: Estamos aprendiendo a vivir en un país nuevo, y que le tocó a los que estamos aquí parados, en los últimos años, aprender a vivir sin el PRI, sin un partido-gobierno. Los gobernantes se enfrentan ante un país distinto que se manifiesta a tiempo, que confía un poco más en su poder de presión sobre el gobierno, que tiene que aprender a trabajar y a vivir con esa presión, porque no están acostumbrados a escuchar.
El documental es una de tantas armas, no creo en el documental como el arma que va a destrabar las cosas; pero como realizador y como espectador, te despierta cosas que te harán luego hacer acciones concretas que puedan cambiar algo. Creo en el documental como un elemento para despertar conciencias y despertar críticas en la gente.
GG: Hay derechos que tenemos que no tienen que ser pisoteados.
Un documental implica una investigación y un punto de vista, un trabajo periodístico y humano para acercarnos a ese caso y lograr sacar nuestras propias conclusiones y que sirva como un elemento de denuncia, es un concepto más pulido y trabajado que una simple imagen.
¿Cuál es su opinión del Ejército en las calles, toda vez que ya han cometido violaciones a los derechos humanos?
GG: Ellos se han confrontado con este círculo de corrupción e impunidad, es terrible que digan que la Policía no (comete violaciones), ellos son la Policía.
La solución no es tener más policías ni más armas, se presta a esta serie de atropellos, cuando tienes un grupo de gente armada, poderosísima, una equivocación puede resultar mortal.
DL: Es el claro ejemplo del nuevo país del que hablábamos, una estructura corrupta que funcionaba hasta cierto punto de repente se desmoronó, los acuerdos que habían entre gobierno y narco dejaron de existir y nos dimos cuenta de que no tenemos armas para defendernos de esto.
La Policía no está preparada para defendernos, pero quién nos dice que el Ejército sí. Nadie tiene una respuesta de cómo atacar este problema, en efecto la legalización (de las drogas) sería un muy buen paso.
¿Cuál es el problema de fondo en las violaciones a los derechos humanos?
DL: Aprendimos a vivir en un sistema donde todo lo comprabas, donde la ley se prestaba a la interpretación de cada caso. Tenía que ver con conexiones y con lo que podías ofrecer a cambio, la justicia no era un derecho, sino algo que tú te ibas y te comprabas. Y así hemos vivido siempre, la diferencia de clases nos tiene viviendo así.
GG: Es fácil, lejano y tentador hacer un análisis de porqué somos como somos, que México ha sido un país violento siempre. El cambio mental tiene que ser de la noche a la mañana, pero en el sentido práctico todo lleva mucho tiempo y hay muchos elementos que están queriendo hacer este cambio poco a poco.
¿Qué expectativas tienen?
GG: Cada quien desde su trinchera debe hacer su esfuerzo para que esto cambie, a nosotros no sólo nos incumbe ésta, sino la de la vida diaria.
DL: Por mucho tiempo hemos vivido con el miedo a la denuncia ya no digamos a la autoridad, sino en el núcleo familiar. Creo que cosas como las que está haciendo Witness nos dan esa seguridad de hablar.
(Del documental), qué mejor que nuestra identidad nos la dé la crítica y no la adulación pendeja.
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