Que se callen
Los poderosos merolicos de la intolerancia
Que se callen
Que se callen
Los enjutos rostros de intemporales universos
Que se callen
Que se callen
Los que irrefrenables contaminan nuestros días
Que se callen
Que se callen
Los que secan las nobles lágrimas de Andrómeda
Que se callen
Que se callen
Los miserables dictadores del sur, del norte, del caribe
Que se callen
Que se callen
Los que llenan plazas de acólitos sin sombra
Que se callen
Que se callen
Las constelaciones que dejan su hilo de luz como evidencia
Que se callen
Que se callen
Los retraídos amantes que se aman con mesura
Que se callen
Que se callen
Los patanes que llenan las calles de consignas y banderas
Que se callen
Que se callen
Las bombas que a caudales quebrantan la sonrisa de los niños
Que se callen
Que se callen
Los consumistas obsesivos que no distinguen la bondad de la soberbia
Que se callen
Que se callen
Los que ahogan con su falacia nuestra euforia
Que se callen
Que se callen
Los que acuden a dios, para justificar la muerte prematura
Que se callen
Que se callen
Los que disuelven nuestros gritos de amantes complacidos
Que se callen
Que se callen
Los que creen que dios, y solo dios, es la respuesta
Que se callen
Que se callen
Los que opacan el alegre tiritar de las hojas secas en otoño
Que se callen
Que se callen
Los que coartan la libertad de los poetas de palabra abierta
Que se callen
Que se callen
Los que no se inmiscuyen ni tantito así, con el presente
Que se callen
Que se callen
Los que no se esmeran en conseguir una o dos horas más al día
Que se callen
Que se callen
Los que no disfrutan de una música lenta para bailar ‘agarraditos’
Que se callen
Que se callen
Los que no experimentan con el dulce néctar de los besos
Que se callen
Que se callen
Los que no saben de las líneas curvas que ponen más sabor, a nuestras rectas
Que se callen
Que se callen
Los que usan las cifras solo para denunciar que la pobreza les estorba
Que se callen
Que se callen
Los que creen que solo su verdad es verdadera
Que se callen
Que se callen
Los que nunca han sabido compartir sus sábanas al sexo irrefrenable
Que se callen
Que se callen
Los que llenan páginas y páginas de diarios huecos de lo humano
Que se callen
Que se callen
Los que de la música, solo aprecian las regalías millonarias
Que se callen
Que se callen
Los que de la literatura, solo saben colocar el acento en la cartera
Que se callen
Que se callen
Los que no han sabido extender su mano solidaria
Que se callen
Que se callen
Los que no han compartido acordes de guitarra por los mares
Que se callen
Que se callen
Los que no entienden del regusto a vida de su sexo
Que se callen
Que se callen
Los cobardes, mentirosos y asesinos de las guerras actuales
Que se callen
Que se callen
Los que no sepan leer entre líneas mi poesía
Que se callen
Que se callen
Que se callen
Que se callen
POEMA PROPIEDAD DE Humberto González Ortiz (2007)
11 comentarios:
¡que se callen!..
los mediocres, los envidiosos, los pesimistas, los creìdos, los frìos, los indiferentes, los prepotentes..¡los soberbios!...
que se bajen, y nos dejen continuar...
abrazos amigo
¡Que se callen!
los que simplemente se lamentan
de lo mal que están las cosas
¡Que se callen!
¡Que se callen!
los que no actúan ni dejan actúar
ante la injusticia y el dolor de tanta gente...
¡Que se Callen!
Abrazos AMIGO HUMBERTO
y Tú mi querido Humberto, sigue alzando la voz.
Abrazos.
!!QUE SE CALLEN!!
un beso amigo
Querido Humberto, te dije algún día, que ésta poesía para mi tiene sentido, hoy lo confirmo, te leo, e inevitablemente viene a mi mente Gabriel Celaya y la "poesía es futuro" y no comparo, sólo miro dos contextos, en los que se denuncia y compromete.
Más abrazos.
Armida amiga... esos gueyes sí, QUE SE CALLEN. Un besote.
Abrazos para tí Mariaje...
Malena... mientras la palabra flua estoy aqui, 'al pie de la letra'... como diría el poeta guipuzcuano... yo tambien me considero un obrero del verso, he intento tambien y cada día, construir nuevos paraisos, nuevos horizontes, nuevos sentidos a la poesía esa, la que se diliye con lo humano, lo necesario, lo imprescindible... Te agradezco infinitamente tus palabras. Encontré tu poema de Gabriel Celaya, y lo comparto con tod@s. Un beso.
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
-Gabriel Celaya-
Lola... que se callen ellos, que nosotros tenemos mucho que gritar, amar y comprometernos. Un beso amiga!
Mi querido Humberto que bueno que hayas encontrado el poema, ahora escúchalo con Paco Ibañez, se escucha con fuerza.
todos tus amigos lectores estarán de acuerdo con migo, ¡ese es nuestro Humberto!
Saludos, que disfruten del poema.
Malena... agradezco tus comentarios, pero hablamos de palabras mayores al leer a Gabriel Celaya... nosotros vamos poco a poco, construyendo la palabra, solamente. Un abrazote!
Publicar un comentario