Dr. en Arq. Humberto González Ortiz
En Barcelona a 20 de junio de 2007
RESPONDIENDO A MAMÁ
Desde hace tiempo reflexiono acerca de nuestra huida imprescindible,
Digo imprescindible
Ya que durante nuestra repentina estancia en aquel país nuestro
Los acontecimientos conjuntados con las realidades cotidianas vislumbraron un panorama tenebroso
Y no me refiero al hecho de los miedos que nos afligen los cuentos bíblicos
Cuando aun somos unos niños, y nuestros padres nos los leen para que comencemos a tomar precauciones
No...
Simplemente era un miedo a la impotencia ante la necesidad apresurada de la urgencia, /la urgencia por todo lo necesario/
Desde el litro de leche de cada mañana,
Hasta la sapiencia para poder ser parte de la maquinaria que en penumbras, recruja nuevamente la palabra revolucionaria
El aire de México ahora se ha vuelto espeso ante su próximo reencuentro con la historia
O tal vez con su continuo encuentro con su des-historia,
Lo realmente importante era empujar para que pasara algo
Tal vez una luna nómada por un día solar y un arcoiris,
O tal vez simplemente morir de veras,
O quizá quedarnos hechos unos tontos observándonos a nosotros mismos, mirándonos, llorándonos, lamentándonos.
Alguna vez escuché que lo peor era la espera, por ello echamos a andar,
Las maletas las cargó el avión que se acercó al cielo
Pero la risa la llevamos siempre con nosotros, en nuestro viaje hacia el des-exilio de nuestro propio exilio
O tal vez solo sea una forma de pretender crecer y tener fuerza
O tal vez simplemente para huir, y no ver, y seguir amando a pesar de los ojos severos de dios
Lo hermoso de la poesía es que nos permite construir una realidad mágica, donde todo es posible,
Por ahora nuestro andar sigue como los gnomos la gran cazuela atiborrada de oro al final de los colores,
Nuestros pies seguirán tal vez allá en el final, o el principio del camino donde empezó el mundo,
O tal vez simplemente esta poesía, y esta vida nuestra sea una simple coincidencia
Que nos permita amarnos
Que nos permita ser amigos de los amigos
Que nos permita derramar nuestras lagrimas por la distancia nueva
Que nos permita reencontrarnos aun sin habernos despedido
Que nos permita desearnos cada día aun después de haber amado
Que nos permita fusionarnos con la noche
Y con la luna
Y con la gente
Y con un montón de continentes
Que, junto a nosotros
Cabalgaron ya por su prehistoria
Hoy es el día
Hoy es el principio
O tal vez, sea solo el comienzo de nuestro morir
Pero intentándolo
Desde hace tiempo reflexiono acerca de nuestra huida imprescindible,
Digo imprescindible
Ya que durante nuestra repentina estancia en aquel país nuestro
Los acontecimientos conjuntados con las realidades cotidianas vislumbraron un panorama tenebroso
Y no me refiero al hecho de los miedos que nos afligen los cuentos bíblicos
Cuando aun somos unos niños, y nuestros padres nos los leen para que comencemos a tomar precauciones
No...
Simplemente era un miedo a la impotencia ante la necesidad apresurada de la urgencia, /la urgencia por todo lo necesario/
Desde el litro de leche de cada mañana,
Hasta la sapiencia para poder ser parte de la maquinaria que en penumbras, recruja nuevamente la palabra revolucionaria
El aire de México ahora se ha vuelto espeso ante su próximo reencuentro con la historia
O tal vez con su continuo encuentro con su des-historia,
Lo realmente importante era empujar para que pasara algo
Tal vez una luna nómada por un día solar y un arcoiris,
O tal vez simplemente morir de veras,
O quizá quedarnos hechos unos tontos observándonos a nosotros mismos, mirándonos, llorándonos, lamentándonos.
Alguna vez escuché que lo peor era la espera, por ello echamos a andar,
Las maletas las cargó el avión que se acercó al cielo
Pero la risa la llevamos siempre con nosotros, en nuestro viaje hacia el des-exilio de nuestro propio exilio
O tal vez solo sea una forma de pretender crecer y tener fuerza
O tal vez simplemente para huir, y no ver, y seguir amando a pesar de los ojos severos de dios
Lo hermoso de la poesía es que nos permite construir una realidad mágica, donde todo es posible,
Por ahora nuestro andar sigue como los gnomos la gran cazuela atiborrada de oro al final de los colores,
Nuestros pies seguirán tal vez allá en el final, o el principio del camino donde empezó el mundo,
O tal vez simplemente esta poesía, y esta vida nuestra sea una simple coincidencia
Que nos permita amarnos
Que nos permita ser amigos de los amigos
Que nos permita derramar nuestras lagrimas por la distancia nueva
Que nos permita reencontrarnos aun sin habernos despedido
Que nos permita desearnos cada día aun después de haber amado
Que nos permita fusionarnos con la noche
Y con la luna
Y con la gente
Y con un montón de continentes
Que, junto a nosotros
Cabalgaron ya por su prehistoria
Hoy es el día
Hoy es el principio
O tal vez, sea solo el comienzo de nuestro morir
Pero intentándolo
Poema de Humberto González Ortiz. Barcelona 1997
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