miércoles, 27 de junio de 2007

EL PREMIO RÓMULO GALLEGOS PARA ELENA PONIATOWSKA


...!!!FELICIDADES ELENA PONIATOWSKA!¡¡¡... Por el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallego 2007 por El tren pasa primero...


Elena Poniatowska expresó en entrevista con La Jornada: ''El premio es una recompensa a la labor del periodismo pero, también, al gremio ferrocarrilero, al cual nadie le hace caso".

Los trabajadores del riel, continuó, ''siempre han estado en el olvido y nadie recuerda que la locomotora fue la gran protagonista de la Revolución Mexicana.

''Sin esa máquina no habría habido revuelta insurgente, y ahora que desapareció me gana la tristeza y, todo, por doblegarnos ante los gringos", añadió.

Respecto del galardón, dijo que también lo compartirá con su familia. ''Mis 10 nietos y mis tres hijos son todo mi orgullo; mis hijos son formidables y nunca me han dado un dolor de cabeza, por el contrario, yo les he dado a ellos muchos problemas, incluyendo las oportunidades que les retiraron durante la pasada elección presidencial", cuando la autora de La noche de Tlatelolco apoyó a Andrés Manuel López Obrador.

El tren..., explicó Poniatowska, ''es una novela basada en la vida del líder Demetrio Vallejo, quien con su movimiento paralizó al país entre 1958-1960".

Consigna la huelga ferrocarrilera y habla del encarcelamiento de 11 años y medio de Trinidad Pineda Chiñas, quien gestó la vanguardia laboral en México.

La novela se conformó con el método minucioso de la periodista para entrevistar y recoger testimonios de maquinistas, telegrafistas, obreros, garroteros, jubilados.

La autora también recuerda la época en la que conoció a Vallejo: ''En 1959 tuve oportunidad de visitar la cárcel de Lecumberri y fui porque me escribió un muchacho llamado Jesús Sánchez García, quien se dedicaba a hacer teatro. Fue una situación muy especial, pues también estaban presos Alvaro Mutis y Rolando Rueda de Léon. Entre todos armaron un espectáculo teatral, que fue decorado por David Alfaro Siqueiros". Entonces -prosigue- entre los barrotes de una crujía alguien gritó: ¡Elena, Elena! Fui y se encontraban también presos en el Palacio Negro los hombres del riel, menos Demetrio Vallejo Martínez, quien siempre estaba apandado".

El líder ferrocarrilero, añadió la escritora, ''se hallaba en una celda de castigo, donde nadie lo visitaba; le ponían comida como a un perro, tenía un bote para hacer sus necesidades; en fin, vivía en una situación inhumana, aterradora''.

A raíz de esas visitas a Lecumberri, ''empecé no sólo a conocer la vida de los internos y de los conejos -presos reincidentes-, sino también entrevisté a presos políticos, y más tarde, en Santa Martha Acatitla, sí pude visitar a dos internos, peleados, enemigos debido a diferencias políticas: Demetrio Vallejo y Valentín Campa".

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