martes, 6 de noviembre de 2007

EL CIELO SE HA ENFADADO

San Juan de Grijalva, ubicado en las márgenes del embalse de la presa Peñitas, en el municipio de Ostuacán, quedó bajo toneladas de lodo al desgajarse un cerro sobre el río Grijalva, lo que provocó una gran ola –como un tsunami, dijo el gobernador Juan Sabines– que arrasó entre 40 y 60 viviendas; el poblado tiene 416 habitantes y sólo 120 fueron rescatados. Las autoridades presumen que gran parte de los colonos pudieron huir hacia caseríos cercanos. En la imagen, un helicóptero que arribó para el traslado de sobrevivientes se posa en el piso de lo que fue una de las edificaciones Foto Alfredo Domínguez (Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2007/11/06/index.php?section=sociedad&article=039n1soc)




Los cerros sepultaron
Las casas que
Han quedado
Asomando
Su techo
Provisional
Humilde
Escaso


El cielo se ha enfadado
Por nuestra
Paciencia
De milenios
De siglos
De esclavitud

Las autoridades
Vienen
Hablan
Hacen fotos
Prometen
Toman su helicóptero
Y se marchan

/ No son responsables nunca /
De su ineficacia
De sus no obras
De su dejadez
De su ratería
De su pinche madre
De su puto desparpajo

Saco mi mano
Está enlodada
Logro
Sacar mi rostro
Lleno de mierda
Respiro hondo
Salgo
Como puedo
Mis hijos no los encuentro
Mi mujer la encuentro
/ Sepultada /

Me refugio
En lo que ha quedado
De mi techo
Provisional
Humilde
Escaso

El cielo se ha enfadado
Por nuestra
Paciencia
De milenios
De siglos
De esclavitud

Pienso
La lluvia
Limpia
De a poco
Mi rostro
Veo al gobernador
Que en su helicóptero
Cuenta
Mis muertos
Mis hijos
Mi mujer
Su piloto me divisa
Baja en escalerilla
Me da su mano
Subo
Pensando

El cielo se ha enfadado
Por nuestra
Paciencia
De milenios
De siglos
De esclavitud
Allá
Abajo
Miro gente
Que entra a las casas
Inundadas
Saliendo con
Teles
Radios
Neveras
Lavadoras
/ Roban /
A los damnificados

Y allá
En la plaza
La casa de gobierno
Sigue
Intacta
Resguardada
Por soldados, reporteros abulia de justicia

Los sobrevivientes
Callan
No mientan madres
No Gritan
No se indignan
No se desmadran
No señalan con el dedo

Pelean entre ellos
Por agarrar
Arroz
Pañales
Frijoles

Los militares
Golpean
Repartiendo
Galletas
De animalitos

Caminando
Saliendo
Del tumulto
Miro la bolsa
Que me han dado

Entre el tumulto
Veo a una madre
Llorando
Rodeada
De sus hijos
Sin zapatos
Mojados
Damnificados

Tomo mi bolsa de galletas
De animalitos
Se las regalo

Vuelvo a mi techo inundado
A reunirme
Con mi mujer
Con mis hijos
/ Muertos /

A la chingada todo

El cielo se ha enfadado
Por nuestra
Paciencia
De milenios
De siglos
De esclavitud


Poema de Humberto González Ortiz
Barcelona a 6 de noviembre de 2007


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